Llevo tiempo fijándome cuando llegas al Instituto y te bajas del autobús con tu mochila al hombro y una pequeña carpeta cogida con el brazo. Desde la oscuridad me quedo observándote, y me gusta ver cómo eres en realidad, las reacciones naturales que tienes y esa capacidad para sonreír en prácticamente cualquier momento.
El problema es que no me atrevo a decirte lo precioso que es tu pelo, lo bonitas que son tus largas piernas y el brillo que desprende tu mirada. Tengo miedo de decírtelo a la cara por si me rechazas,por si te ríes de mis sentimientos o directamente piensas que quiero tomarte el pelo.
Pero nada más lejos de la realidad, ya que lo que te estoy diciendo procede de mis sentimientos más profundos. Nunca antes había sentido nada parecido por nadie en el mundo, y siento que si no te lo digo podría acabar perdiendo una oportunidad muy importante en mi vida para poder compartirla contigo.
Es por ello que he optado por escribir de esta carta de amor anónima y ver tu reacción para ver si existe una mínima posibilidad de que merezca la pena que me acerqué a ti y te diga lo que siento realmente. Y es por ello que te dejo esta carta cuando tú no te des cuenta dentro de tu mochila, para que al llegar a casa puedas valorar si sientes algo al leerla..
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